Un informe de la ONG Transparencia Venezuela, con sede en el exilio, reveló que 4 de cada 10 tanqueros que arriban al país operan de forma irregular. El estudio identificó 40 buques con algún tipo de restricción, ya sea por sanciones, actividades furtivas o por pertenecer a las llamadas flotas oscuras: embarcaciones que ocultan deliberadamente su actividad marítima apagando el sistema de identificación automática (AIS) o manipulando información sobre su origen y destino.
Según el reporte, estos buques representan el 41 % del tráfico petrolero detectado en zonas estratégicas del litoral venezolano.
Uno de los principales hallazgos es el incremento de operaciones ilícitas de trasiego de crudo entre barcos (STS). Durante noviembre se registraron al menos 13 transferencias entre tanqueros sancionados, furtivos u oscuros, más del doble de las seis detectadas en octubre. Todas se produjeron en la zona marítima de Caquetíos, cercana a la bahía de Amuay, en el occidente del país.
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Más envíos a Estados Unidos y cambios logísticos
El monitoreo marítimo también evidenció un aumento de tanqueros vinculados a Chevron. En noviembre arribaron a puertos venezolanos ocho buques procedentes de Estados Unidos, frente a solo tres en octubre. Todas las embarcaciones llegaron con carga parcial y zarparon luego con las bodegas llenas hacia terminales estadounidenses como Corpus Christi y Beaumont (Texas) y Good Hope (Luisiana).
Los datos de rastreo confirman un repunte de los envíos hacia el mercado estadounidense, en línea con ajustes recientes en las licencias vigentes.
Exportaciones opacas a China y presencia militar
El informe advierte que más del 80 % del crudo venezolano sigue teniendo como destino China, según datos de Reuters, aunque gran parte de estos envíos se realiza a través de rutas opacas. Solo dos tanqueros declararon terminales de origen en Zhoushan y Ningbo, y ninguno informó puertos chinos como destino final, pese a que las señales de rastreo indicaban rumbo hacia Asia.
En total, apenas un tercio de los buques observados en noviembre declaró su destino final. El documento sugiere que la presencia de al menos seis destructores y buques misilísticos de la Armada de Estados Unidos, a decenas de millas de la costa venezolana, pudo haber incidido en la reducción de tanqueros con el AIS apagado.
Durante noviembre se detectaron 17 petroleros en condición “oscura” cerca de la terminal de Amuay, frente a los 24 registrados en octubre mediante imágenes satelitales.
Además, se identificaron 14 tanqueros sancionados por la OFAC de Estados Unidos, la OFSI del Reino Unido y la Unión Europea, la mayoría bajo banderas de países considerados “paraísos regulatorios”, como Islas Comoras, Guinea y Guyana.

Escalada de tensión con Estados Unidos
En este contexto, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó el bloqueo total de los buques petroleros sancionados que ingresen o salgan de Venezuela, en una nueva escalada de presión sobre el gobierno de Nicolás Maduro. El anuncio coincidió con el despliegue de fuerzas navales estadounidenses en el Caribe, que Washington vincula a la lucha contra el narcotráfico.
En un mensaje difundido en Truth Social, Trump afirmó que Venezuela se encuentra rodeada por una fuerza naval sin precedentes y acusó al gobierno de Maduro de utilizar el petróleo para “financiar actividades ilícitas”.
Días antes, el Comando Sur de Estados Unidos incautó el petrolero Skipper en aguas del Caribe. El buque, sancionado desde 2022 por su vinculación con una flota sombra, fue trasladado a un puerto estadounidense para iniciar un proceso judicial de decomiso.
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Las medidas elevaron la tensión bilateral y generaron incertidumbre sobre su impacto en la industria petrolera venezolana. Mientras Caracas calificó las incautaciones como “actos de piratería”, la Casa Blanca defendió las acciones como parte de su política de sanciones y control de activos asociados a actividades ilícitas.

Con Información de ElDiario.-




