KQA.- A los 29 años de edad, Jair Domínguez, un joven venezolano nacido en Caracas, Venezuela, ha encontrado en el rap una forma de procesar su historia, sus frustraciones y su esperanza. Residente en Recoleta, Buenos Aires, lleva una década fuera de su país natal —nueve años en Argentina y uno en Lima— y aseguró que cada verso suyo nace de las vivencias que marcaron su camino como migrante.
Su tema más reciente, “Querido Amigo”, nació de una mezcla de rabia y catarsis. “Es la frustración y rabia que uno siente al ver a chavistas que huyeron y ahora se hacen los inocentes, como si no hubiesen sido parte del daño”, explicó. La canción está inspirada en una historia personal: “Se la escribí a un amigo chavista que ahora vive en Estados Unidos y lleva una vida llena de lujos, cuando antes decía que ser rico era malo”.
Sin embargo, el mensaje final va más allá del enojo. “Muchos sentimos odio y rabia, pero hay que dejarlo ir para ser mejores. Yo lo logré a través del arte”, afirmó con convicción.
“Compartir con toda mi familia unida y mis amigos es lo que más extraño de Venezuela”, confesó. Su decisión de emigrar, dice, fue inevitable: “Estaba en la universidad y vi que no había futuro”.
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Su vínculo con la música comenzó temprano. “Me interesé por el rap a los 12 años de edad”, recordó. Entre sus principales influencias menciona a Canserbero y McKlopedia, referentes del rap consciente venezolano. Definió su estilo como “real, puras vivencias”, y aseguró que su sonido se mantiene fiel a las raíces del género: “El bombo y la caja son esenciales”. Aunque nunca ha experimentado con otros estilos, confiesa que en el futuro le gustaría probar con la salsa.
Aunque no se dedica profesionalmente a la música —tiene un negocio de reparación de celulares—, Jair consideró que el rap volvió a su vida en el momento justo. “Retomé la música después de 10 años. Ahora quiero ir sacando poco a poco mis composiciones”, comentó.
Su proceso creativo es totalmente introspectivo: se inspiró en “vivencias, dolores, alegrías y frustraciones”, y suele escribir sobre beats que encuentra en internet. Si bien antes hacía dúo con un amigo en Venezuela, hoy prefiere componer en solitario.
“Quiero transmitir que lo real y los sentimientos, sean cuales sean, valen mucho más que hacer música banal sin contenido”, concluyó.
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