Regresar a la rutina de ejercicio puede parecer cuesta arriba, pero no tiene por qué serlo. Con paciencia, constancia y una buena planificación, es posible recuperar la forma física sin riesgos ni frustraciones. Para quienes estuvieron inactivos durante un tiempo, saber cómo reiniciar es clave para no abandonar en el intento.
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Escuchar al cuerpo: el primer paso
Después de tres meses sin actividad física intensa —más allá de caminatas esporádicas—, es fundamental retomar de forma gradual. El objetivo inicial no debe ser rendir al máximo, sino reactivar el cuerpo y evitar lesiones. En esta etapa, se recomienda:
- Comenzar con ejercicios de movilidad articular y elongación.
- Realizar rutinas de baja intensidad y corta duración.
- Prestar atención a las señales del cuerpo durante y después del ejercicio.
- Evitar en los primeros días las cargas pesadas, saltos o movimientos explosivos.
También es clave reactivar el sistema cardiovascular con ejercicios aeróbicos suaves, como caminatas rápidas, bicicleta fija o elíptico. Y no hay que olvidar el descanso: los días de recuperación son tan importantes como el entrenamiento en sí.
Progresar sin apuros: la clave para sostener el hábito
Una buena planificación con objetivos realistas es la base para avanzar sin frustraciones. Según un estudio de la Harvard Medical School, uno de los errores más comunes al volver a entrenar es intentar retomar al mismo ritmo de antes. La progresión puede organizarse así:
- Semanas 1 y 2: tres días por semana de actividad liviana (30 minutos).
- Semanas 3 y 4: cuatro días con ejercicios un poco más exigentes.
- Semana 5 en adelante: incorporar ejercicios de fuerza con peso corporal o cargas ligeras.
Los entrenamientos de fuerza son esenciales para recuperar masa muscular, mejorar la postura y prevenir lesiones. No es necesario ir al gimnasio: sentadillas, planchas, flexiones y abdominales pueden marcar la diferencia desde casa.
Encontrar motivación y sostener el cambio
Retomar no depende solo de la voluntad: también se trata de encontrar actividades que generen disfrute o desafío personal. Algunas ideas para mantenerse motivado:
- Entrenar con música o en compañía.
- Establecer un horario fijo y respetarlo.
- Registrar los progresos en una app o cuaderno.
- Celebrar cada pequeño logro.
Después de una pausa prolongada, es normal sentir inseguridad. Lo importante es comenzar sin exigencias excesivas. Según la Cleveland Clinic, el ejercicio mejora el ánimo, el sueño y la salud mental incluso antes de que se noten los cambios físicos. Volver a moverse es, también, una forma de reconectar con uno mismo.