Oriundo de Barquisimeto, estado Lara, la ciudad musical de Venezuela, José Rafael Cordero Sánchez es un artista multifacético que ha logrado dejar huella tanto en el activismo social como en el mundo de la música. Promotor de la campaña #AdoptaNoCompres, defensor de los derechos de los animales y firme opositor al uso de animales en espectáculos, circos y zoológicos, su lucha ha trascendido lo local para convertirse en una causa global. Pero su mensaje encontró un nuevo impulso cuando descubrió en la música un vehículo para amplificar su voz y su visión del mundo.
Desde pequeño, José Rafael se comprometió con las causas sociales. A través de actividades educativas, manifestaciones y composiciones, ha desarrollado un mensaje basado en la empatía, la justicia y el amor por la vida en todas sus formas. La música se convirtió en su refugio y, con el tiempo, en su plataforma para comunicar realidades, emociones y esperanza.
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“Me gusta componer. Estas dos facetas —la de compositor y activista— pueden complementarse y alimentarse mutuamente. La música no solo es un medio de expresión personal, también es una herramienta para promover el cambio social y generar conciencia”, expresó con convicción.
Su acercamiento a la música no fue casual. En un momento de profunda tristeza, encontró consuelo al crear melodías. Así nació un camino en el que las historias personales, los sueños futuros y la visión de un mundo mejor se convirtieron en canciones.
“La música vino a mí un día de depresión. Buscaba refugio y lo encontré creando. Esas composiciones comenzaron a tener sentido y esperanza”, contó.

El arte de José Rafael está profundamente ligado a su identidad venezolana. Las realidades sociales y políticas del país están presentes en muchas de sus letras, reflejando tanto la belleza como las dificultades que atraviesa su gente.
“Mi música refleja las experiencias, luchas y sueños de mi pueblo. Cuando toco temas sociales o políticos, busco visibilizar realidades que a veces se silencian. La música tiene la capacidad de conectar emocionalmente con las personas y convertirse en una forma de resistencia”, afirma.
Conciliar el activismo y la música no ha sido fácil, pero para él no se trata de dos caminos separados, sino de una misma vía de expresión.
“La música llega a muchas personas de manera emocional y directa, mientras que el activismo requiere acciones concretas. Pero ambos pueden complementarse profundamente”.
La situación actual de Venezuela también marca su obra. A pesar de los intentos de recuperación, los desafíos persisten: hiperinflación, escasez, crisis política y una migración masiva.
“La música es crucial en tiempos de crisis. Puede ofrecer consuelo, reflejar la lucha, expresar resistencia y sembrar esperanza. Es una forma de sanar”, dice.
Y es que muchas de sus canciones están impregnadas de resiliencia.
“Quiero que quien me escuche se sienta acompañado y motivado a seguir adelante. La vida puede ser dura, pero siempre hay espacio para el cambio y el crecimiento”.
Aunque no tiene colaboraciones planeadas actualmente, no descarta un futuro donde pueda sumar fuerzas con otros artistas, tanto dentro como fuera del país. Por ahora, continúa componiendo con la firme intención de mantener vivas las tradiciones culturales venezolanas.

“Interpretar y difundir géneros como el joropo, la gaita o la música andina es una manera de conectar con nuestras raíces. La música tradicional es identidad y resistencia. Es una forma de decir: aquí estamos, y seguimos luchando”.
En sus composiciones, Cordero Sánchez también ha sido testigo del poder sanador de la música. No solo como un recurso para sí mismo, sino como un canal de conexión con quienes enfrentan soledad, rechazo o angustia.
“Creo que muchos se sentirán identificados con ese poder. La música toca emociones profundas, alivia, consuela y ayuda a reencontrarte contigo mismo”.
Al final de nuestra conversación, lanza un mensaje a los jóvenes venezolanos que sueñan con dedicarse al arte:
“No dejen que las dificultades apaguen su pasión. El arte transforma realidades. Aunque el camino sea complejo, cada paso es una victoria. Crean en ustedes, en su talento. El arte siempre será un faro que ilumina los momentos más oscuros. Persiste. Nunca te rindas”.
La historia de José Rafael Cordero Sánchez es prueba de que transformar el mundo también puede comenzar con una canción.
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Nota de Prensa.-