KQA.- Gabriel Galvis, un joven de 16 años de edad, oriundo de Barquisimeto, estado Lara (Venezuela) y radicado en Buenos Aires desde 2018, representará a la selección argentina en el Campeonato Panamericano de Karate, que se realizará del 20 al 24 de noviembre en la ciudad de Natal, Brasil.
Junto a su familia, que migró hace siete años, Gabriel ha construido un camino de esfuerzo y constancia que hoy lo lleva a competir en uno de los eventos más importantes del continente.
Su pasión por el karate comenzó a los cuatro años de edad, cuando acompañó a un amigo a una competencia. Desde entonces, el arte marcial se convirtió en parte fundamental de su vida. “Fue amor a primera vista”, comentó su familia, orgullosa del compromiso y la disciplina que el joven ha demostrado en cada etapa.
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Actualmente, Gabriel entrena de lunes a viernes en el club Boca Juniors, y los fines de semana se suma a las prácticas con la selección argentina, además de participar en diversas competencias nacionales. Su esfuerzo dio frutos tras un largo proceso de preparación, donde fue primero preseleccionado y luego confirmado como integrante oficial del equipo nacional.
Este viaje a Brasil será doblemente especial: es el único representante de su club que participará en el Panamericano. La noticia fue recibida con emoción por toda la familia, que ha acompañado cada paso de su formación deportiva.
“Para nosotros ha sido algo súper emocionante. Nos llena de orgullo que represente al país que nos dio la mano para seguir creciendo, aunque también sentimos un poco de tristeza porque no sea por su país natal”, expresó su familia.
Con respecto al mensaje que Gabriel y sus padres quisieron compartir con otros jóvenes migrantes, fue claro:
“Hay que tener disciplina, perseverancia y constancia. Hacer las cosas con las mejores ganas, porque tarde o temprano, con la bendición de Dios, todo esfuerzo es recompensado”.
El caso de Gabriel Galvis refleja la historia de muchos jóvenes venezolanos que, con trabajo y determinación, siguen dejando en alto su origen y el país que los ha acogido, demostrando que el deporte es también una forma de unir naciones y construir sueños.




