Es uno de los alimentos más comercializados y consumidos del mundo: el chocolate. Disponible en múltiples variedades —blanco, con leche, almendrado o amargo—, este último se ha convertido en el favorito de quienes priorizan una alimentación saludable. Su base es el cacao, y cuanto más puro y menos procesado es, mayores son sus beneficios nutricionales.
Hoy se sabe que, gracias a este ingrediente clave, el chocolate amargo puede aportar efectos antioxidantes, propiedades cardioprotectoras y beneficios para el estado de ánimo, entre otros.
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Un regalo ancestral
El cacao, extraído de las semillas del árbol Theobroma cacao, fue cultivado por primera vez en América. Los olmecas fueron los primeros en descubrirlo, pero fueron los mayas quienes lo valoraron profundamente, no solo por sus propiedades curativas sino también como moneda. De hecho, preparaban una bebida con cacao, agua caliente y especias —precursora del chocolate caliente actual—, a la que llamaban “la bebida de los dioses”.

¿Aliado o enemigo?
De acuerdo con el portal especializado Medical News Today, el chocolate puede ser un aliado para la salud, aunque también presenta algunos aspectos negativos. Entre ellos se destacan:
- Alto contenido calórico, debido a su proporción de azúcar y grasa.
- Riesgo de migrañas, ya que el cacao contiene compuestos como tiramina, histamina y fenilalanina que impactan en los neurotransmisores.
- Caries dentales, dependiendo del tipo de chocolate, su nivel de azúcar, la higiene bucal y la frecuencia de consumo.
Uno de los mayores temores que despierta su ingesta es el aumento de peso, pero según la licenciada Sol Vázquez, nutricionista funcional y fundadora de Planta Made, este temor es infundado en el caso del chocolate amargo:
“Tiene menos azúcar y más grasas saludables, lo que genera mayor saciedad. Consumido con moderación, no solo no engorda, sino que puede ayudar a regular los antojos”, asegura.
Su recomendación: consumir entre 20 y 30 gramos diarios.

Propiedades del chocolate amargo 🍫
Lejos de ser solo un placer culposo, el chocolate amargo ofrece múltiples beneficios para la salud. Posee compuestos con efectos antioxidantes, antiinflamatorios y cardioprotectores, lo que lo convierte en una opción mucho más saludable de lo que se suele creer.
“Tiene un combo poderoso de magnesio, hierro, zinc, fibra y antioxidantes. Es prácticamente un superalimento disfrazado de placer”, resume Vázquez.
Mejora el estado de ánimo
Un estudio publicado en el Journal of Nutritional Biochemistry evaluó a personas de entre 20 y 30 años que consumieron 30 gramos diarios de chocolate con 85% o 70% de cacao durante tres semanas. ¿El resultado? Quienes tomaron la versión más pura experimentaron una reducción significativa en la angustia emocional frente a los demás grupos.
Además, investigaciones publicadas en Frontiers in Pharmacology destacan que el cacao contiene teobromina, un compuesto que actúa de forma similar a la cafeína, mejorando el ánimo y el estado de alerta.
Potente antioxidante
El chocolate amargo es rico en flavonoides y polifenoles, compuestos bioactivos presentes también en frutas como los frutos rojos, conocidos por su efecto antioxidante.
“Combate el estrés oxidativo y, gracias a su concentración de magnesio, ayuda a controlar la ansiedad”, explica Vázquez.
Su capacidad antioxidante es notable: alcanza los 95.000 puntos en la escala ORAC (Oxygen Radical Absorbance Capacity), superando incluso a alimentos como los arándanos o las bayas de goji.

Protector del corazón
Numerosos estudios han demostrado que el consumo de chocolate amargo puede reducir la presión arterial y mejorar la salud vascular. Uno de ellos, enfocado en adultos jóvenes, evidenció que quienes consumieron chocolate con 90% de cacao durante 30 días mejoraron notablemente sus niveles de presión.
Además, Vázquez señala que sus flavonoides también mejoran el perfil de colesterol:
“Relajan los vasos sanguíneos, lo que hace que el corazón trabaje con menos esfuerzo”.
En resumen, el chocolate amargo no solo es un placer para el paladar, sino también un aliado para el bienestar físico y emocional. Claro, como todo, la clave está en la moderación.