Desde agosto de 2024, el boleto mínimo de colectivo en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) cuesta $371,13. Sin embargo, según la Asociación Argentina de Empresarios del Transporte Automotor (Aaeta), la tarifa real sin subsidios sería 275,47% más alta, alcanzando los $1393,90 en diciembre.
Desfasaje entre tarifas actuales y costos reales
El “Índice Bondi” de la Aaeta reveló que el costo promedio del boleto sin subsidio en el conurbano bonaerense y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) debería ser de $1393,90 (IVA incluido). Este valor implica un desfasaje del 60% frente a los $863 por pasajero que el Estado reconoce como tarifa de referencia.
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En comparación con la tarifa mínima vigente de $371,13, existe una diferencia de $1022,77. A modo de contexto, en noviembre el boleto sin subsidios se calculaba en $1348,40, lo que representa un aumento de $45,50 para diciembre.
Aumento de tarifas en CABA desde marzo de 2025
Tras el traspaso de las 31 líneas de colectivos porteñas al ámbito de la Ciudad de Buenos Aires, la gestión de Jorge Macri anunció un incremento del 10% en las tarifas a partir de marzo de 2025, sujeto a aprobación en una audiencia pública programada para el 10 de febrero.
El nuevo cuadro tarifario propone los siguientes valores para los usuarios con tarjeta SUBE registrada:
- Boleto mínimo (0-3 km): de $371,13 a $408,24.
- Tramo de 3 a 6 km: $454,78.
- Tramo de 6 a 12 km: $489,82.
- Viajes de 12 a 27 km: $524,89.
- Tarjeta SUBE sin nominalizar: de $649,11 a $834,57.
La Tarifa Social, que beneficia a jubilados, pensionados y otros usuarios registrados en ANSES con un descuento del 55%, seguirá vigente. Para estos beneficiarios, el boleto mínimo pasará a costar $183,71.

Contexto y proyecciones
A pesar de los incrementos, el cuadro tarifario del AMBA sigue siendo uno de los más accesibles del país. La propuesta de la Ciudad también incluye ajustes mensuales basados en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del INDEC más un 2%.
Este cambio busca reflejar los costos reales del sistema de transporte y reducir el desfasaje entre tarifas subsidiadas y el precio sin subsidios, una brecha que se mantiene desde hace años en el sistema público de colectivos.