Según un informe de la Universidad Católica Argentina (UCA), la pobreza alcanzó al 49,9% de la población durante el tercer trimestre de 2024, lo que representa a 23,2 millones de argentinos. En cuanto a la indigencia, esta afectó al 12,9% de la población, es decir, cerca de 6 millones de personas. Sin embargo, el estudio proyecta una leve mejora para fin de año, con una estimación de pobreza del 41,7%, cifra similar a la registrada por el INDEC en el segundo semestre de 2023.
Factores de ajuste y tendencias
El año inaugural del gobierno de Javier Milei estuvo marcado por un fuerte ajuste que, aunque golpeó al tejido social, ha comenzado a mostrar signos de mejora debido a la desaceleración de la inflación. Tras un pico del 54,9% en el primer trimestre, la pobreza descendió al 44,6% en octubre, según datos de la UCA. Paralelamente, la inflación cayó de 25,5% en diciembre de 2023 a 2,7% en octubre de 2024, mientras que el desempleo se mantuvo estable en 8,9%.
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No obstante, el nivel actual de pobreza sigue siendo alarmante. Para encontrar cifras similares al 44,6%, hay que remontarse a 2005, según los datos de la UCA. Además, las carencias materiales persisten, con uno de cada cuatro hogares sin garantizar todas las comidas diarias. La inseguridad alimentaria severa —definida como «hambre frecuente»— afectó al 12,5% de la población, un incremento respecto al 11,8% del año anterior.
Impacto en el tejido social
El ajuste económico también ha tenido repercusiones significativas en los gastos de los hogares:
- 31% recortó en atención médica.
- 29,4% redujo la compra de medicamentos.
- 27,1% tuvo problemas para pagar servicios públicos como agua, luz o gas.
- 29,9% no pudo cubrir impuestos.
En el mercado laboral, el empleo pleno disminuyó del 40,4% al 39,7%, mientras que el trabajo precario creció del 26,5% al 27,8%, reflejando un incremento de la informalidad y menos garantías de ingresos dignos.
Pobreza infantil y asistencia social
La pobreza afecta de manera desproporcionada a los menores de edad, con un 65,5% de ellos bajo la línea de pobreza en 2024. Este panorama, advierte la UCA, podría generar un impacto negativo en el capital humano de la sociedad en los próximos 15 años. Además, aunque las transferencias sociales como la Asignación Universal por Hijo (AUH) han evitado que la pobreza sea 5,5 puntos porcentuales mayor, 24,9% de los hogares con hambre frecuente no reciben ningún tipo de ayuda.
Conclusión: Un ciclo de transición
Según Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA), la pobreza en Argentina se encuentra en un período de transición entre un modelo de consumo sostenido y un nuevo esquema económico. Aunque se registran algunos avances, la recuperación no logra consolidarse, lo que evidencia las fragilidades de un sistema marcado por crisis recurrentes.
El informe de la UCA, titulado “Fin de ciclo y futuro abierto”, refleja la incertidumbre económica actual y el desafío de construir un modelo sostenible en el largo plazo.