Una abuela oriunda de El Vigía, estado Mérida que reside en Argentina, denunció a su yerno, por supuestamente haber «abusado» de su pequeña nieta de tan sólo tres años de edad, el hecho ocurrió en Comodoro Rivadavia, provincia de Chubut.
Hasta hace unos meses, la señora, a quien se le resguarda la identidad por tratarse del caso de una menor, sospechó de la pareja de su hija por un supuesto abuso y acudió a la Justicia. En represalia, su misma familiar la denunció para alejarla de la pequeña. La causa está en manos de la jueza Guillermina Leontina Sosa, según publicó El Patagónico.
LA VERSIÓN DE LA ABUELA
La mujer llegó a Argentina hace cinco años con su esposo y en junio del año pasado arribó su hija de 19 años de edad con la pequeña. “Nosotros somos una familia de Venezuela; entré legalmente. Mi hija tiene un año acá, como mi nieta. Hace dos meses mi nieta me dijo que el novio de mi hija la había tocado” comentó la mujer a El Patagónico.
Sin pensarlo, la abuela rápidamente fue hasta un centro de salud y comentó la grave situación para que pudieran asistir a la menor. Rápidamente, se dio curso a una denuncia y el caso lo tomaron el Ministerio Público Fiscal y el Servicio de Protección de Derechos de la Niñez, Adolescencia y Familia, entre otros estamentos.
“Al otro día, los del Servicio de Protección vinieron a hablar conmigo; ese mismo día que llegaron mi hija inmediatamente me colocó una orden de alejamiento hacia mi nieta y hacia ella”, describió la denunciante, sobre la restricción que mantiene desde el mes de agosto.
“Ella dejaba a la niña sola, en su casa. Se iba toda la noche, hasta el otro día y dejaba a la nena encerrada, sola; a mí eso no me lo comunicaban. Me denunció diciendo que yo fui a su casa a tratarla mal”, contó. “Nunca lo hice”, aseguró.
Desde ese momento no ve a su pequeña nieta. “Me dijeron que, a partir de ahí, por siete días, no podía ver a la niña”. Pasaron dos meses largos.
A esta abuela se le suman madres, padres, tíos y abuelos que también atraviesan el drama de no poder tener contacto con sus seres queridos por decisiones de los jueces Laura Lorenzoni, Jorgelina Castillo, Pablo Pérez y la citada Sosa.
EL DRAMA DE LA SEÑORA
Según la dama, dos meses después de haber llegado su hija comenzó a trabajar con una dominicana por las noches, pero con el tiempo dejó de hacerlo, «sin embargo, ella me tenía engañada y me mandaba fotos diciendo que estaba trabajando pero andaba con su novio mientras yo cuidaba a la niña».
Continúa el relato: «En ocasiones la dejaba con mi otro hijo de 21 años de edad pero a veces la niña lloraba mucho, incluso los vecinos llamaron en una oportunidad a la policía pensando que le estaban haciendo algo a la bebé y yo salí de madrugada a buscarla».
Cuenta que su hijo le envió fotos de la chica de 19 años de edad, quien «estaba tirada en el piso, aparentemente bajo efectos del alcohol y quién sabe que más».
Ahí comenzó el drama de esta abuela quien denunció a la pareja de su hija por un presunto abuso contra la menor. Inmediatamente, según contó en el mes de agosto su misma hija -pareja del acusado- la denunció a ella por supuesta “violencia familiar” y desde la Oficina de Familia ordenaron, sin más, una medida perimetral que le impide ver a su nieta. Desde entonces comenzaron las medidas perimetrales y hasta el momento no pudo sanar el vínculo y reencontrarse con la menor.
Pero la madre de la niña también cuenta con una medida cautelar y la pequeña está en guarda del Servicio de Protección de Derechos de la Niñez, Adolescencia y Familia, otro órgano duramente cuestionado en este tiempo por su burocracia y dilaciones en cuestiones que hacen a los sentimientos humanos.
La única respuesta de las autoridades del Fuero de Familia para con la abuela fue que recién a fin de año –es decir cuatro meses después de su denuncia- será entrevistada por el ETI (Equipo Técnico Interdisciplinario), lo que no le garantiza que vuelva a ver a la pequeña en lo inmediato. Todo depende de la decisión que adopten quienes conforman el ETI.
Aunque luego de la publicación del diario en Chubut, fue contactadas por la Defensoría y este viernes tendrá la cita con el abogado.
FUE MADRE A LOS 15 AÑOS
En medio de las investigaciones, se conoció que la madre de la menor la tuvo cuando ella apenas tenía 15 años de edad, «fue concebida por voluntad propia porque ella se iba con su tío político y le decíamos que cuidado con lo que hiciera hasta que salió embarazada», pues resulta que la joven dio a luz producto de una relación con el esposo de su tía quien le doblaba la edad y hoy día se encuentra en Chile, «pero la bebé no tiene ni su apellido porque mi hija nunca le dio permiso para que se acercara ni nada».
La mujer comentó que la abuela paterna de la niña sí está enterada de lo ocurrido pero de alguna manera está de manos atada, ya que, legalmente, no puede hacer nada.
EL DÍA DE LOS HECHOS
La denunciante contó a ES RE VIRAL, que un día estaba bañando a su nieta y comenzó a tocarse sus partes, «le dije que no lo hiciera porque era malo pero ella respondió que no era malo y que la pareja de su madres (se omite el nombre aunque ella lo mencionó) se lo hacía. Yo llamé a la mamá por videollamada y le contó lo mismo pero la desmintió (…) mi hija le creyó más a su hombre que a su niña».
Explicó que ellos reciben la visita de asistentes sociales quienes evalúan la situación de la familia, ya que cuando la pequeña de tres años de edad, llegó a Argentina, estaba en estado desnutrición, «ahí se enteró de lo ocurrido y fue hasta las autoridades a denunciar, al día siguiente llegaron a la casa y comenzaron las averiguaciones».
EL PAPEL DEL SERVICIO DE PROTECCION DE DERECHOS
Según contó la mujer, al otro día de la denuncia en su contra, se dirigió al Servicio de Protección de Derechos de la Niñez, Adolescencia y Familia. “Les comenté lo que pasó, les pregunté ¿qué hago para ver a la niña?’. Me dijeron que no podía verla porque tenía que respetar eso (la orden perimetral); a los siete días los llamé; citaron a mi hija y le quitaron a la niña”, explicó.
“Les supliqué que me entreguen a la niña y me dijeron que no porque mi hija me había denunciado. Después de que me quitaron a la nena, el mismo Servicio de Protección me envió una notificación de orden de alejamiento por 15 días más”, narró la dolida abuela.
Pasados esos 15 días, “me citaron diciendo que era un plan de trabajo de 45 días”, como si no hubiera personas de carne y hueso en el medio. A partir de ahí, “son un mes, más 15 días que no la podía ver. La niña desayunaba, almorzaba y cenaba a mi casa. La llevaba al jardín cuando iba, y la llevaba la madre, que no eran todos los días porque a veces su mamá llegaba en estado de ebriedad”, detalló la abuela.
En todo este lapso no ha logrado ver a su nieta. La mujer aseveró que recurrirá a la Justicia venezolana. “Me están secuestrando a la niña; ella me tiene a mí. Yo siento que ellos no me quieren darme a la nena. Ya llevo dos meses” en esta situación.
“SE ME RIERON EN LA CARA”
Sin saber dónde recurrir, la abuela llegó hasta la Oficina de la Defensa Pública, ubicada en la calle Sarmiento al 453, donde -según dijo- “se me rieron en la cara” y estaban “ocupados” en otros asuntos.
Se trata de un lugar donde deberían velar por los derechos de todos los ciudadanos que no pueden acceder a los honorarios de un abogado. Sin embargo, ocurre todo lo contrario.
No es el primer caso en el que se denuncia públicamente a quienes conforman este ente público, ya que tiempo atrás varias familias indicaron a este mismo medio que vivieron situaciones similares en plena desesperación por ver a sus seres queridos.
“Fui el mismo día que me quitaron la niña; me dieron solamente un papel con una cita. Dos días antes de la cita me llamaron y me dijeron que la iban a anular y que esperara. Fui a la Oficina de Familia y me dijeron que estos abogados (de la Defensoría) que me defendían no aparecían ahí”, expresó. De nuevo la burocracia, las dilaciones.
“La mujer que me atendía (en la Defensa Pública) entraba, salía y se me reía. Se estaban burlando de mí. Estuve dos horas sentada, esperándolas”, señaló sobre lo que ocurrió en ese edificio público que depende del Ministerio de la Defensa Pública.
“Volví a ir y no me tomaron en cuenta. Me dijeron que tenía que esperar la entrevista”, declaró. “El lunes llamé al Servicio de Protección, colgaron la llamada e inmediatamente me dieron la entrevista cuando les dije que iba a empezar a llamar a los medios de comunicación porque necesito ayuda”.
Recién en diciembre la abuela tendrá una entrevista en la Oficina de Familia, donde tampoco le garantizaron que pueda ver inmediatamente a su amada nieta.
“¿Por qué tanto tiempo?”, se preguntó la mujer sin poder contener la bronca ante tanta desidia de la Justicia de Familia de Comodoro Rivadavia que una vez más no da respuestas a quienes atraviesan este mismo drama en Comodoro.
“¿Qué le pasa a la Justicia de este país? No me escuchan. Me dicen `¿ya terminó de hablar señora? Cuando tengamos notificación, la llamamos´. ¿Eso no es para angustiarse?”, se preguntó E.
Este mismo medio, ante tantas denuncias, en más de una oportunidad se buscó la voz de las juezas y autoridades de la Justicia de la Familia. Pero hasta este momento nunca han dado explicaciones sobre las denuncias que recaen en su contra.
Con información de El Patagónico.-




