Con las altas temperaturas de las últimas semanas, muchas personas optaron por darse una ducha antes de dormir para aliviar el calor. Sin embargo, aunque mojarse el pelo y no secarlo puede parecer una buena estrategia para mantenerse fresco, este hábito podría traer consecuencias para la salud capilar y el cuero cabelludo.
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El impacto en el cabello
Según Trinidad Montero, especialista en Dermatología del Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada y miembro del Colegio Ibero-Latinoamericano de Dermatología (Cilad), acostarse con el pelo mojado puede debilitar la fibra capilar.
«Dormir con el pelo mojado permite la entrada de gotículas de agua en la cutícula, la capa externa que protege el cabello. Esto lo vuelve más vulnerable a agresiones externas, como la radiación y los microorganismos», explica Montero.
Además, esta práctica afecta su apariencia: el cabello pierde brillo, se vuelve más fino y quebradizo, y es más propenso a enredarse y dañarse con el roce.
La humedad en la almohada: un ambiente ideal para hongos y bacterias
Uno de los principales riesgos de dormir con el cabello mojado es la acumulación de humedad en la almohada, lo que favorece la proliferación de hongos y bacterias.
“La humedad constante en el cuero cabelludo puede fomentar el crecimiento de hongos como Malassezia, que agravan problemas como la dermatitis seborreica y la descamación. También puede propiciar infecciones causadas por bacterias como Staphylococcus aureus”, advierte Montero.
Además, cuando el cabello está mojado, es más susceptible al roce y la fricción con la almohada, lo que puede provocar su debilitamiento.

¿Es necesario mojarse el pelo en cada ducha?
Montero señala que no es imprescindible mojarse el cabello cada vez que nos duchamos, ya que la humedad constante puede debilitarlo. La frecuencia del lavado depende del tipo de cabello:
- Cabello graso: puede requerir lavados diarios.
- Cabello seco: se recomienda lavarlo cada 2 o 3 días.
Cómo secar el pelo correctamente
Para evitar los riesgos de dormir con el cabello mojado, lo ideal es secarlo al aire o, si es necesario, retirar la humedad con una toalla de microfibra, sin frotar. En condiciones de alta humedad, se puede usar un secador con aire frío para acelerar el proceso sin dañar la fibra capilar.
Si es necesario desenredarlo, Montero recomienda usar un peine de púas anchas y comenzar desde las puntas hasta la raíz para evitar tirones y quiebres.
En definitiva, aunque dormir con el pelo mojado puede ser refrescante, sus efectos a largo plazo en la salud capilar pueden ser perjudiciales.