Un trágico incidente sacudió a la localidad de Darlington, Inglaterra, cuando Simon Vickers, un padre británico de 50 años de edad, fue acusado de asesinar a su hija Scarlett, de 14 años de edad. Según su versión, el hecho ocurrió mientras «jugaban y se divertían inofensivamente«.
Vickers enfrenta cargos de asesinato y homicidio involuntario tras apuñalar a su hija. El padre aseguró que todo fue un «accidente extraño«, afirmando que, mientras veía fútbol con Scarlett y su esposa Sarah Hall, lanzó accidentalmente un cuchillo que impactó fatalmente en el pecho de la adolescente.
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La versión del padre
Durante el juicio en el Tribunal de la Corona de Teesside, Vickers declaró que había consumido cuatro copas de vino y que el cuchillo no estaba en juego, sino unas «pinzas» que supuestamente lanzó sin intención de lastimar. Sin embargo, el arma utilizada causó una herida de 10 centímetros en el pecho de Scarlett, quien murió rápidamente desangrada.
En su defensa, Vickers describió a su hija como «fantástica» y aseguró que nunca le harían daño intencionadamente. “Era nuestra vida, nuestro propósito”, afirmó Sarah Hall, quien confirmó haber colocado un cuchillo en la mesa poco antes del incidente.
Evidencias que contradicen la versión del padre
La médica forense Jennifer Bolton testificó que era «prácticamente imposible» que un cuchillo arrojado de manera accidental causara una herida tan precisa y letal. Según Bolton, el arma fue sostenida con firmeza al momento del impacto, lo que permitió que penetrara entre las costillas, perforara un pulmón y alcanzara el corazón.
El testimonio forense detalló que la fuerza necesaria para causar la herida era leve y que Scarlett podría haber sobrevivido si el cuchillo hubiera desviado apenas un milímetro.

El llamado al 911 y las reacciones tras el incidente
La madre de Scarlett, visiblemente alterada, realizó una llamada de emergencia en la que describió el incidente como una “pelea divertida” que salió mal. Por su parte, los primeros en llegar al lugar, incluido el paramédico Andrew Crow, señalaron que Vickers mostró un comportamiento «tranquilo» pese a la gravedad de la situación.
Imágenes de cámaras corporales de la policía mostraron a Vickers, quien parecía bajo los efectos del alcohol, repitiendo que todo fue un juego y que no entendía cómo ocurrió la tragedia.
El juicio continúa mientras se espera el veredicto sobre la responsabilidad de Simon Vickers en la muerte de su hija.