Como si se tratara del operativo implementado por el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, el gobernador de la provincia de Santa Fe, en el interior de Argentina, Maximiliano Pullaro, ordenó controlar una cárcel para combatir el poder de los delincuentes, especialmente de los narcotraficantes que tienen azotada la zona.
«Cada vez la van a pasar peor», escribió el mandatario regional en sus redes sociales, luego del ataque a balazos contra dos ómnibus que trasladaban a cerca de 100 efectivos del Servicio Penitenciario de Santa Fe. Ayer se llevó adelante una segunda requisa sorpresiva en pabellones del penal de Piñero, donde están alojados varios de los presos de “alto perfil” vinculados a las principales bandas de narcotraficantes de Rosario.
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Sobre el sorpresivo procedimiento, que estuvo a cargo de los Grupo de Operaciones Especiales Penitenciarias (GOEP), explicaron que tuvo por objetivo seguir reforzando el control y la seguridad en el sistema carcelario de la provincia y se concentró en los pabellones 7 al 9, que es donde están aquellos internos vinculados a las bandas narcocriminales, y fue encabezado por la secretaria de Asuntos Penales, Lucía Masneri Calderari.
La de ayer fue la segunda incursión de los efectivos desde el sábado, cuando también fueron requisados otros cuatro pabellones, del 25 al 29.
“Estos operativos se realizan de manera aleatoria en todas las unidades, sin horarios ni días definidos. El objetivo es ajustar el control formando un segundo anillo de inspección sobre los presos considerados de alto perfil. Estos son aquellos internos que están sospechados o sindicados de ordenar delitos desde las cárceles”, detallaron desde el Ministerio de Seguridad de Santa Fe.
