CIS.- Con gran dolor y conmoción se encuentran María Angélica Acosta y Asdrubal Fernández, padres de Juan Francisco, asesinado de un tiro en la cabeza el domingo en la madrugada en el barrio de Palermo de Buenos Aires. La tristeza los embarga porque no podrán repatriar por ahora el cadáver del único hijo de él, ya que, es una investigación judicial, además tienen el pasaporte vencido y no cuentan con los recursos para comprar un boleto.
A pesar de todo dicen tener gran satisfacción por el trabajo que hicieron como padres, ya que sólo reciben comentarios positivos de su hijo. «Era un muchacho que si la mamá le daba algo 20 veces, las 20 veces decía gracias. Era muy decente. Una vez le regalé un carrito para ir a la universidad y ni lo sacaba porque no era ostentoso, era muy sencillo y correcto», recordó el padre.
En 2019 se graduó en la Universidad Nueva Esparta de Los Naranjos en Caracas, era bilingüe, «se fue unos meses después porque quería hacer un posgrado en Robótica pero solaba con irse a Alemania a trabajar en la BMW y crear un app. Él hizo un sistema full inyección propio».
Contó que conversó con el administrador de la residencia donde estaba Juan Francisco, «se echó a llorar porque era un gran hombre. También me llamó un argentino que conocía a mi hijo y dijo que nos ayudaría porque era muy buen muchacho».
Con el gran corazón que tenía, en una oportunidad conversó con la mamá y pidió que si moría primero donaran sus órganos. «Y así lo hicimos, no sé en qué figura o términos, lo importante es que salvamos una vida, que anda una señora feliz porque salvamos la vida de su hija con los pulmones porque era un muchacho sano», puntualizó.