Estefanía González.- Cada año en Argentina se registran más de 8.000 casos de violencia de género en jóvenes. De acuerdo con datos expuestos por el Observatorio Ahora Que Si Nos Ven, el 2020 cerró con un total de 298 femicidios. En cuanto a datos de abusos sexuales, el Sistema Nacional de Información Criminal (SNIC) del Ministerio de Seguridad de la Nación informó que en el 2019 se registraron 5.453 violaciones que afectaron a 5.536 víctimas.
La hija de Thais, buscaba un trabajo y encontró por la red social Facebook una propuesta laboral. Estableció contacto con quien sería su empleador y tras ignorar preguntas de índole personal e invitaciones concretaron el día de prueba. El sábado 23 de enero lo que inició como una propuesta de empleo detonó en un abuso sexual presuntamente por su empleador, Irineo Garzón Martínez.
¿Cómo se evita lo sucedido? ¿Cómo se detiene el crecimiento de esos datos?
“Erradicar la violencia machista en todas sus expresiones, entre ellas, las violaciones o los femicidios como los casos más extremos implica un cambio profundo radical de tipo social, cultural y económico. Es necesario crear nuevas masculinidades que no eduquen en la violencia a los varones, es por ello que la aplicación de la ESI -Programa Nacional de Educación Sexual Integral- se vuelve primordial en el camino hacia la deconstrucción de sociedades machistas”. Quien habla es Julieta Delpech, abogada feminista de la Universidad de Buenos Aires y miembro de la Observatorio Ahora Que Si Nos Ven.
Para Delpech no existe una receta que las mujeres puedan seguir para evitar una violación, pues la culpabilidad no decae en ellas sino en un sistema que educa a los varones en la violencia.
“Para evitar las violaciones sólo podemos seguir luchando por derribar al patriarcado y su violencia de nuestra sociedad” enfatiza.
Un punto importante –que menciona Delpech-, es que se debe erradicar la idea de que un femicida o un violador es una especie de monstruo que está al acecho en la oscuridad. Un violador o un femicida pueden ser un compañero de trabajo, vecino, familiar o el nuevo empleador. A este tipo de agresores no se les puede perfilar o dibujar, puede ser cualquiera.
En la misma línea es mucho más absurdo tratar de hacer un perfil de la víctima, puesto que implicaría otorgar participación activa de la víctima en el acto de violencia. “Cualquier persona puede ser víctima de una violación por el sólo hecho de vivir en una sociedad que, educa a los varones en la violencia y la cultura de la violación”, afirma. Este punto se vincula con el hecho de que la invitación que una noche previa al encuentro recibió la joven de 18 años, o las preguntas de índole personal no pueden verse como “alertas” de lo que se aproximaba. “Debemos desterrar ideas tales como que yendo a la entrevista –a pesar de la charla anterior- quizás provocó la situación o que se tendría que haber dado cuenta”.
QUÉ HACER
El Observatorio Ahora Que Si Nos Ven en el año 2017, a través de una encuesta, mostró que el 80% de las mujeres encuestadas a nivel nacional realiza ciertas acciones para sentirse más seguras frente a la violencia de género, tales como: avisarle a una amiga el número de la patente del taxi en el que se trasladan, caminar por calles más iluminadas o transitadas, avisar a las madres cuando llegan a su destino –como fue el caso de la venezolana-, entre otras.
Para Delpech, estas estrategias solo proporcionan seguridad a una posible víctima, no logrará cambiar la sociedad y erradicar la violencia.
“Frente a un caso –o posible caso- de violencia de género lo ideal es rodearse de personas que puedan contenernos en esa situación y denunciar el hecho de violencia ya sea en la comisaría, en la fiscalía, en un juzgado o donde corresponde dependiendo el tipo de violencia de la que estemos hablando” sugiere.
CONTACTO CIBERNÉTICO
La joven venezolana inició contacto con el presunto responsable de manera virtual por medio de un anuncio que contenía una propuesta laboral. Luego del hecho distintas jóvenes se contactaron para proporcionar capturas de pantalla de conversaciones que habían tenido con Irineo Garzón al ver el anuncio.
¿Existen maneras de detectar cuando un anuncio es riesgoso o tiene fines ilícitos?
Diego Migliorisi, abogado especialista en delitos informáticos y seguridad pública, actual vicepresidente de la Asociación Argentina de Lucha Contra el Cibercrimen, comenta que si bien existen algunos puntos a tener en cuenta como referenciar el tipo de anuncio, evaluar el perfil del anunciante, datos de contacto y demás, resulta complejo identificar si el objetivo del anuncio tiene fines ilícitos.
Por su parte, Facebook es una red social que realiza un control de calidad de sus usuarios, detectar una identidad falsa o usurpada no es tarea sencilla si no es denunciada en la misma red.
Sin embargo, el abogado recomienda prestar mayor atención si nos encontramos con perfiles con pocos amigos o seguidores, pocas actividades en las publicaciones o incluso si no tiene una foto de perfil del individuo. Por otro lado, si el sujeto tiene foto de perfil se puede descargar y buscar si esta imagen está publicada en otro sitio, a través de Google imágenes.
“Hay miles de delincuentes en las calles, por ello como el empleador quiere conocer al futuro empleado, el empleado debe conocer y pedir referencias del futuro empleador. Ir acompañado al primer encuentro y en horarios de oficinas pueden ser algunas recomendaciones. Pero en estos tiempos desconfiar y prevención pueden ser herramientas determinantes” aclara.
Los anuncios engañosos se han vuelto comunes y suelen utilizarse para elaborar diferentes tipos de fraude, extorsión o bien robar datos para vender en el mercado negro –de acuerdo con el experto- . Sin embargo también puede ser maniobra para cometer otras modalidades criminales como resultó en el caso de la joven oriunda de Venezuela.
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