Braulio Siejas.- Hoy necesariamente debemos resaltar el perfil del policía ideal que debe poseer ese profesional para materializar los sueños de los ciudadanos de tener a su alcance un servidor genuino muy cerca, en tal sentido, para alcanzar esos sueños se requiere de un policía con profundo espirito democrático y comprometido en la defensa y respeto de los derechos humanos, entusiasta, servicial, comunicativo, preventivo, honrado y capaz, que “no se trate de nuevos policías, sino los mismos uniformados, pero con una nueva mentalidad”.
La importancia de la proximidad del policía hacia su gente, requiere de un accionar diferente, en este particular es la necesidad de capacitarlo para alcanzar el perfil ideal, aspecto considerado relevante para conseguir los objetivos.
Debido a la misión que tiene que cumplir el policía en la comunidad en la actualidad, el uniformado debe reunir actitudes, aptitudes, conocimientos y capacidad para lograr un acercamiento a la ciudadanía, la imagen que debe difundir el policía como profesional entre otras, es mostrar ilusión por su trabajo, entrega y servicio público; mientras que en las aptitudes se considera importante la facilidad para la comunicación interpersonal y la visión de los problemas para la mediación.
Considero que el policía debe destacarse y darle la importancia a los conocimientos de las técnicas de actuación policial y de relación social, la capacidad de decisión, responsabilidad, de persuasión y adaptación al trabajo planificado individual y en equipo, se requiere también que el policía se integre al medio, que le permita conocer la realidad social del sector, sus problemas y necesidades.
El policía ideal debe participar en las actividades integrales de la comunidad tales como deporte, cultura, educación, también, debe definir su roll, se es policía ideal o es otra cosa, el policía debe ganarse la consideración de su entorno social.
Las relaciones con la comunidad es una de las principales funciones que el policía debe llevar a cabo para la prevención del delito y la protección ciudadana. Por ello la participación de la comunidad debe estar convenientemente programada, formando parte importante en la planificación estratégica operacional de cada comisaria u agencia policial.
La policía debe abandonar su tradicional aislamiento y abrirse a la comunidad constantemente, debe modificar sus bases operativas, creando nuevas, transformándolas en dependencias más receptivas a la concurrencia de los vecinos y no exclusivamente para la entrada y salida de delincuentes, hay que cambiar la visión y misión que permita una fluida vida de relación entre los vecinos y sus funcionarios. Y esto se logra, caminando por los barrios, conversando con la gente, conocerla y demostrarle que una de las formas de prevención del delito es también reconocerse como parte, y estar para velar por ella.
Los líderes y lideresas de estas instituciones, responsables de la protección ciudadana, se apoyarán en las diferentes entidades, asociaciones, clubes, etc., de cada barrio, urbanización, llegando inclusive a considerar la posibilidad o necesidad de fijar periódicamente sus despachos en las mismas para escuchar y receptar las inquietudes y opiniones vecinales, respecto al accionar policial como para la ejecución de medidas.
Recíprocamente, tienen necesariamente que compartir y hacer conocer algunos aspectos de su vida y labor institucional con los escolares; autoridades de educación, de la salud, de las organizaciones no gubernamentales, vecinos en general, mediante reuniones regulares de carácter social.
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