«Un acuerdo sin precedentes, el más extraordinario del mundo«. Así describió el secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, el convenio migratorio alcanzado este lunes entre el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, y la delegación estadounidense, como parte de la gira de Rubio por Centroamérica.
El Salvador accedió a recibir a deportados de diversas nacionalidades, informó Rubio. Además, el presidente Bukele ofreció albergar a criminales peligrosos que se encuentren cumpliendo condena en EE. UU., incluso si son ciudadanos estadounidenses o residentes legales.
Bukele ratificó este compromiso en un mensaje en inglés publicado en la red social X. «Le hemos ofrecido a EE. UU. la oportunidad de externalizar partes de su sistema penitenciario«, detalló en la publicación, aclarando que aceptaría únicamente a criminales encarcelados (incluidos ciudadanos estadounidenses condenados) en la megaprisión (CECOT), a cambio de una tarifa.
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Esta megaprisión, inaugurada hace dos años, se considera la más grande de América Latina, con capacidad para albergar a 40,000 reclusos, aunque actualmente hay alrededor de 15,000. Bukele especificó que la tarifa sería «relativamente baja para EE. UU., pero significativa para nosotros, lo que haría sostenible todo nuestro sistema penitenciario».
Aunque no quedó claro si EE. UU. contempla enviar prisioneros estadounidenses a El Salvador, Rubio aseguró que el país está «increíblemente agradecido» por la oferta, la cual ya fue comunicada al presidente Donald Trump. «Ningún país ha hecho jamás una oferta de amistad como esta«, enfatizó.
Elon Musk, multimillonario dueño de Tesla y cercano a la administración Trump, respondió inmediatamente al mensaje de Bukele, calificando la propuesta de «¡Gran idea!».
Este acuerdo migratorio no es nuevo. Mauricio Claver-Carone, enviado especial del Departamento de Estado para América Latina, ya había adelantado la posibilidad de un acuerdo similar al firmado en 2019, con un mayor alcance, que incluiría a miembros de organizaciones criminales como el Tren de Aragua, originado en Venezuela.
La portavoz del Departamento de Estado de EE. UU., Tammy Bruce, aclaró que El Salvador aceptará a «inmigrantes ilegales violentos», incluyendo miembros del Tren de Aragua, además de otros migrantes ilegales criminales de cualquier país.
En 2019, El Salvador firmó el Acuerdo de Cooperación de Asilo (ACA) con EE. UU., comprometiéndose a recibir a deportados que esperaran la resolución de sus solicitudes de asilo en territorio salvadoreño. Sin embargo, este acuerdo nunca entró en vigor, ya que fue rescindido por la administración Biden en 2021.

Impulso a la energía nuclear
Además del acuerdo migratorio, los gobiernos de El Salvador y EE. UU. lograron un entendimiento sobre la cooperación en energía nuclear. A través del Memorando de Entendimiento sobre Cooperación Nuclear Civil Estratégica (NCMOU), EE. UU. se comprometió a apoyar el desarrollo de la energía nuclear en El Salvador, con el objetivo de convertir al país en un hub para todas las tecnologías e industrias del siglo XXI.
El acuerdo también incluye el fortalecimiento de las capacidades regulatorias y científicas de El Salvador, así como el impulso de proyectos conjuntos en investigación y desarrollo. La ministra de Relaciones Exteriores de El Salvador, Alexandra Hill Tinoco, quien firmó el acuerdo, describió este como «una estrategia más» del presidente Bukele para ofrecer energía 24 horas al día a precios competitivos, sin depender de la geopolítica ni de los precios del petróleo.
Relación estrecha con EE. UU.
Antes de la visita de Rubio, El Salvador ya había estrechado lazos con el gobierno estadounidense. Bukele ha sido admirado por figuras cercanas a Trump y, como el presidente argentino Javier Milei, fue uno de los invitados destacados en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) en febrero de 2024.
Durante su primera llamada telefónica con Bukele tras asumir la presidencia, Trump elogió su liderazgo, especialmente en temas como la migración ilegal y la lucha contra las pandillas transnacionales como el Tren de Aragua.
Rubio llegó a El Salvador tras su visita a Panamá y fue recibido por altos funcionarios diplomáticos. Antes de reunirse con Bukele, participó en un recorrido por un centro de mantenimiento de la empresa Aeroman, destacada por su impacto positivo en la inversión privada y la creación de oportunidades locales.

El presidente Bukele ha enfatizado que su segundo mandato se centrará en mejorar la economía de El Salvador, atrayendo inversión extranjera, aunque este proceso aún enfrenta retos.
Rubio continuará su gira por Centroamérica con visitas a Costa Rica, Guatemala y República Dominicana, donde se espera que los temas centrales sigan siendo la migración, el freno a la influencia de China en la región y la lucha contra el tráfico de drogas, especialmente fentanilo.
Este viaje se da en un contexto regional tenso, marcado por las repercusiones de las políticas de Trump, incluidas las deportaciones masivas y la interrupción de la ayuda exterior.