El reciente arresto de Yuliana Agurto Pereda, conocida como «La Aguantadora», marca un hito significativo en la lucha contra el crimen organizado en Perú y Argentina. Agurto Pereda, actualmente de 39 años de edad, había estado prófuga desde mayo de 2007.
Gian Piero Rojas Yesan, la víctima del secuestro, tenía solo 17 años de edad en ese momento y se dirigía a la escuela cuando fue capturado por error, ya que los secuestradores pensaban que era hijo de un prominente empresario peruano, cuando en realidad era hijo de un humilde carpintero. La tarea de Agurto Pereda en esta operación criminal fue crucial: ella se encargó de proporcionar el lugar de cautiverio y de alimentar a Rojas Yesan, lo que le valió el apodo de «La aguantadora«.
La Sexta Sala Penal Liquidadora de Lima solicitó la captura internacional de Agurto Pereda, emitiendo una Notificación Roja a través de Interpol. Se sospechaba que podría estar viviendo en Argentina, específicamente en las cercanías del barrio Rodrigo Bueno en Buenos Aires. A pesar de que en Argentina la conocían por su apodo y no por su nombre, la cooperación entre la Oficina Interpol Lima y la División de Investigación Federal de Fugitivos y Extradiciones de Interpol en la Policía Federal Argentina permitió localizarla.
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#09Sep Así detuvieron a una delincuente peruana en Argentina pic.twitter.com/hnUy2PlXkR
— ES RE VIRAL (@esreviral) September 9, 2024
Después de una serie de vigilancias encubiertas, los oficiales identificaron y detuvieron a Agurto Pereda en la calle María Elena Walsh al 1100. Actualmente, se encuentra bajo custodia en la sede de la Policía Federal en la calle Cavia al 3200, esperando el proceso de extradición solicitado por las autoridades peruanas.
Este arresto es parte del «Proyecto Apoyo de Interpol al programa el Paccto 2.0», coordinado por la Subdirección de Apoyo a las Investigaciones sobre Prófugos (FIS) y respaldado por la Unión Europea, lo cual demuestra la importancia y efectividad de la cooperación internacional en la captura de fugitivos.
Gian Piero Rojas Yesan, quien fue liberado después de 25 días en cautiverio, había sido objeto de un rescate inicialmente exigido de 700 mil dólares, una suma que su familia no podía pagar. Finalmente, se entregaron 30 mil soles, equivalentes a unos 7.000 dólares. Tras ser liberado por la Dirección de Investigación Criminal (Dirincri) de la Policía Nacional de Perú, Rojas Yesan regresó a casa por sus propios medios.
El secuestro, dirigido desde el interior del penal de Lurigancho, llevó a la detención de dos hombres y una mujer: Marco Mansilla Fernández, alias “Toto”, Heller Balladares Moreno, conocido como “Diablo”, y Salomón Marchera Terrones. La experiencia de Rojas Yesan, quien pasó casi un mes encadenado y con los ojos vendados, destaca la gravedad del caso y la importancia de la reciente captura de Agurto Pereda para la justicia.