Las autoridades de la Policía de San Antonio, Texas, Estados Unidos, desmantelaron una red de traficantes de migrantes venezolanas, cuyos integrantes serían de la misma nacionalidad. La Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI) informó que los implicados habían ingresado ilegalmente al país. Según un reportero de la cadena Fox, uno de los sospechosos estaría vinculado a bandas transnacionales venezolanas.
El medio reveló que los traficantes obligaban a dos mujeres venezolanas a prostituirse a través de internet, forzándolas a mantener relaciones sexuales en moteles de la zona por más de veinte horas al día. Las víctimas, ambas inmigrantes ilegales, entregaban el 70% de sus ganancias a los traficantes. Uno de los criminales les había ayudado a ingresar a Estados Unidos a cambio de una tarifa de 30 mil dólares, lo que las llevó a trabajar de manera forzada para saldar la deuda.
Las mujeres vivían como prisioneras en un motel, sin poder salir, bajo la constante amenaza de los traficantes, quienes estaban armados y les advirtieron que agredirían a ellas y a sus familias en Venezuela si no cumplían con sus órdenes, según detalló el reportero Bill Melugin en su cuenta de X.
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Durante la operación, se incautó una pistola cargada que estaba en un vehículo perteneciente a los sospechosos. Uno de los detenidos confesó a las autoridades que había comprado el arma a un amigo en Chicago.
Además, se supo que cada mujer era vendida por entre 100 y 200 dólares, según el tiempo de la actividad sexual, que variaba entre 15 y 60 minutos.
Los sospechosos enfrentan cargos por tráfico sexual forzado, fraude o coerción, y podrían recibir sentencias que van desde 15 años de prisión hasta cadena perpetua si son condenados.