Nutricionista Janneth Barbosa M.- Estimados lectores en esta oportunidad me parece de gran importancia hacer hincapié sobre afirmaciones del COVID-19 que a estas alturas de pandemia en algunas personas opaca o confunde la realidad epidemiológica y por ende la salud, al arriesgarla por creencias mal infundadas.
Para iniciar, recordemos que el patógeno surgió por primera vez en Wuhan, China, aunque personas con poder político afirman, sin ninguna evidencia por supuesto, que comenzó en un laboratorio y diseñado como un arma biológica. Sin embargo, un amplio consenso científico lo niegan categóricamente y consideran que el virus no fue creado por el hombre y mucho menos modificado genéticamente, para desencadenar la pandemia.
Otros mandatarios han minimizado la gravedad de este virus, pese a las estadísticas epidemiológicas sobre la alarmante mortalidad por la infección de COVID-19 y a pesar del subregistro en algunos casos. Ello permite afirmar que este coronavirus, no es una simple gripe.
En cuanto al uso de barbijos, aunque en Argentina su uso es obligatorio, algunas personas se niegan a usarlas, pese al fuerte consenso entre las autoridades de salud pública a recomendar su uso, por limitar significativamente la transmisión del virus.
El resultado de múltiples estudios, concluye que al usar mascarillas o barbijos se puede evitar transmisión entre personas sanas y contagiadas, sobre todo por la existencia de personas asintomáticas. Estos deberían ser usados por simple conciencia social.
En lo personal tengo la convicción que la vacuna una vez alcanzadas las pruebas experimentales y clínicas pertinentes para demostrar su eficacia y seguridad, se comenzará a inmunizar a la población, lo cual permitirá, vivir más tranquilos.
Mientras tanto debemos cuidar nuestra alimentación y estilo de vida, modificando hábitos alimentarios insanos, consumir alimentos de todos los grupos, aportar al organismo las calorías, macro y micronutrientes, así como el consumo de agua requerida, mantenernos activos, dormir profundamente con sueño reparador, estar tranquilos con el mejor estado anímico, puede influir de forma positiva en nuestro sistema inmunológico y mantenernos preparados mientras lo que dure la pandemia y posterior a ella.